Días de tristeza...

Hola a tod@s...

Ya os he dicho en alguna ocasión que el objetivo de abrir este blog fue tener una terapia para la tristeza que me estaba consumiendo y que hacía que día tras día todo se hiciese más cuesta arriba... No obstante, uno de los principios que me marqué a mí misma fue que tenía que ser auténtica, ser yo misma y no recrear un mundo diferente al que tengo aquí, al otro lado del ordenador...

Por eso mismo, hoy no puedo ser hipócrita y hablaros ni de un proyecto nuevo, ni de un producto, ni de un trapito de rebajas, ni siquiera del color de la nubes... Hoy en mi cabeza solo está mi niño, mi primo Samu... Lo único en lo que puedo pensar es que hoy hace seis meses que nos dejó, seis meses sin ver su sonrisa pícara, su voz, sus manos, siempre temblorosas, sin poder abrazar a nuestro niño... a nuestro tete...

Seis meses en blanco... Miro hacia atrás y las fechas se confunden... Desde ese día los días han pasado sin más, días grises que se confunden unos con otros, no puedo acordarme si algo pasó en diciembre, o en septiembre, o en enero, solo puedo recordar si pasó antes o después de que Samu se fuera...

Cada vez que volvemos del pueblo, la autovía me recuerda a nuestra vida desde entonces, un viaje gris, monótono, un viaje en el que no puedes hacer otra cosa que seguir adelante, no se puede dar marcha atrás,  y no porque no quieras, sino porque simplemente no se puede, un viaje a ninguna parte en el que no disfrutas del camino, un viaje que no sabes a donde te lleva y en el que puedes seguir kilómetros y kilómetros y del que solo saldrás si tomas la decisión de salir, pero no puedes salir, no tienes ni fuerzas, ni ganas de hacerlo...

No quiero seguir escribiendo cosas tristes  y cosas alegres no me salen, asi que, por hoy, me despido de tod@s vosotr@s y os doy las gracias por leerme y seguirme cada día...  Solo os pido que, si acaso leéis hoy mi entrada, que rápidamente os vayáis a otro blog más alegre y olvidéis mi tristeza, no es necesaria más gente triste en el mundo...

Besos.